Bueno, hace mil que no actualizo este blog, y como siempre es por falta de tiempo y no de ganas.
Durante los pocos días que estuve en la playa apenas tuve un ratillo para hacer algo con el fimo, así que aproveché para hacerle a mi primo un regalo: un portachupetes.
Mi primera experiencia con las arcillas poliméricas ha sido un poco nefasta. Los paquetes de fimo que me regalaron por mi cumple (allá por febrero), creo que están mal. Me da que están secos porque cada vez que lo doblaba sobre sí mismo los bordes se agrietaban y rompían. Decidí probar con otras pastillas que tengo de la marca Sculpey que tengo en mi poder desde hace nueve años (soy lo peor, qué le voy a hacer) y esas iban la mar de bien. Yo no entiendo nada...
Bueno aquí os pongo las fotos del antes y el después:
Hice mariquitas porque era el animal que me parecía más sencillo de modelar, y no está muy conseguido que digamos...
¿Os gusta el color del portachupetes? Ese negro metalizado molón...bueno, pues así por lo "bajini" os confesaré que la pastilla que utilicé era azul oscura y el color carbón es porque se me chamuscó en el horno. ¡Qué desastre!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Jejeje... pues oye, el color está chulo, y queda bien. Quizá en azul habría quedado mejor, pero vamos. ¡Qué gracioso queda! :)
La genialidad de la casualidad: el azul quemado queda muy bien :P
Sí, el color mola y el diseño es muy chulo ^^
Publicar un comentario